¿Misericordia o exigencia?

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por Lic. Marcelo Sinner de Asistencia Psicológica y Equipo de Medios

Vivimos en una cultura exigente en sus valores narcisistas-materialistas.
Se prioriza el tener sobre el ser, con el agregado de la instantaneidad para hacerlos realidad en nuestras vidas “no se puede esperar mucho tiempo “, sino que tiene que ser “ya”.
Obviamente, esta forma de vivir trae sus consecuencias : ansiedad y sobrexigencia en querer cumplir con todo ,que me lleva a estar siempre con mi mente en el futuro y no poder conectarme con mi presente . De esta manera, nunca hay tiempo y espacio para el otro ó los otros , salvo que me sirvan para cumplir con mis objetivos anhelados .
Sino cumplimos con estos mandatos sociales aparece otro sintoma común de nuestra época: la depresión.
Este estado de ánimo se produce al frustrarme por no poder cumplir con las exigencias del medio socioeconómico al que pertenezco. Me lleva a no ser una persona exitosa y por consecuencia, no sentirme perteneciente a mi ámbito de relaciones ,produciendo sensasiones de fracaso y /o desamparo.
Nuestra fe nos ilumina y ayuda a poder vivir mejor en nuestra realidad social desde el concepto evangélico, que nuestro Santo Padre Francisco nos invitó a reflexionar en este año, el de “ Misericordia”.
Misericordia es actuar con corazón compasivo con mi prójimo, tener la actitud pronta a perdonar sus faltas ,nada de sobrexigencias y demandas inalcanzables ,sino la aceptación del otro como es , sin querer cambiarlo .
Ser misericordioso es entrar en la dinámica del amor y salirse de la dinámica de la exigencia, propuesta por la cultura actual.
Solo puedo entrar en esta nueva forma vincular si primero adquiero la actitud de ser misericordioso conmigo mismo:ser tierno, tratarme bien, no enfurecerme contra mi, no sobreexigirme con propósitos sino principalmente -por una vez- tener un corazón para la debilidad y orfandad dentro mio.
Frecuentemente, nos tratamos a nosotros mismos con mucha crueldad. Nos juzgamos cuando cometemos un error. Nos insultamos cuando algo sale mal.
Tenemos dentro de nosotros – diría Freud- un superyó inflexible que juzga todos nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, nos castiga cuando no respondemos a sus exigencias. A menudo no podemos superar este superyó,este aspecto exigente interno .
Entonces, necesitamos de las palabras de Jesús en la parábola del Hijo pródigo (Lc. 15 ,11-32) que trae ante nuestros ojos al Padre misericordioso. El padre no expulsa al hijo perdido, sino que celebra con él una fiesta. Él que estuvo perdido, fue nuevamente encontrado, porque él, que estuvo muerto, fue despertado otra vez a la vida. Precisamos un ángel de la misericordia que quite poder al juez que está dentro nuestro y colme nuestro corazón con amor misericordioso.
Solo desde una espiritualidad madura ,donde se genere un encuentro personal en la oración con un Jesús misericordioso, puede nacer un obrar en mi que despierte una actitud amorosa y compasiva hacia el otro .
Jesús no nos exige nada, nos perdona y acepta como somos.Con su amor nos da la posibilidad de empezar de nuevo .
De esta manera, puedo renovar mi confianza en la vida, me puedo equivocar, puedo fracasar pero puedo empezar de vuelta algo mejor.
“Solo el que experimenta sus miserias puede tener una mirada misericordiosa “.
“ Donde está tu Tesoro , está tu corazón “(Mt. 6,22)
Lo más preciado está dentro nuestro y no afuera, es solo cuestión de tomar conciencia y valorar lo que nos hace ser , lo que mejor somos .

por Lic. Marcelo Sinner

Asistencia Psicológica

Equipo de Medios