A nuestro querido P. José :

Y en esta Pascua de Resurrección tenemos nuevamente presente a nuestro Padre José, en la Revista Vida Pastoral, les compartimos el testimonio

Padres de nuestra Iglesia Argentina

Qué bueno es leer la revista Vida Pastoral-enero/febrero 2015- ediciones San Pablo. La nota editorial ubica a nuestro querido Padre José Gallinger svd entre los muchos Padres de la Iglesia Argentina. Se dedican varias páginas a recordarlo y su foto en la tapa.

El profesor Oscar Campana-Director de Vida Pastoral- “en el clima de los 50 años de la finalización del Concilio Ecuménico Vaticano II” propone “una sistemática recuperación de las figuras que fueron artífices fundamentales en nuestro país de la renovación pastoral, bíblica, teológica, litúrgica…desde aquel momento hasta hoy”… “Porque sólo se es comunidad creyente en la historia cuando se viven los desafíos del presente desde el testimonio de aquella nube de testigos (Hebreos 12,1) que nos precedió. De sus aciertos y errores habrá mucho que aprender. De la autenticidad de sus vidas, mucho que admirar e imitar”

Agradecemos estas expresiones que incluyen al Padre José Gallinger y confirman desde nuestras más jóvenes vivencias en Guadalupe hasta el ejemplo de su ancianidad sabia y comprometida con el crecimiento espiritual de cuantos lo visitábamos en Rafael Calzada.

26 de febrero de 2015

Marta Molinari de Metzdorff


» hoy estás junto al Padre, compartiendo su dicha».

                                                                                                  Ruega por nosotros.

 

El 14 de octubre, a las 10, se celebró la Misa Exequial en el Hogar San Javier de la Congregación del Verbo Divino en la Localidad de Rafael Calzada (Avenida San Martín 3773) .

Algunas de nuestras oraciones de agradecimiento en la misa del 13 de noviembre, citando algunas de su frases inspiradoras:

  • Por las enseñanzas del Padre José Gallinger que nos hacen vivir confiando cada día en que la promesa de vida de Dios no es sólo para algunos sino para todos, porque “amar es querer que el otro sea”.
  • Por la fidelidad del Padre José a la Palabra de Dios que nos habla en la Biblia y nos invita a hacer realidad su proyecto de vida, “llenarnos de la Palabra y salir y anunciarla y comunicarla, como María que tanto había escuchado, creído y rezado la Palabra de Dios, que el Verbo se hizo carne en su seno”
  • Por la entrega del Padre José que con amor y ternura nos hizo saborear la presencia de Dios en nuestro espíritu haciéndonos testimonio para que otros lo descubran, porque “hay que recibir al otro como es, por el simple hecho de ser templo de Dios”.

Cantamos las canciones que aprendimos con él y que acompañaban las celebraciones y encuentros Alma Misionera, El Profeta, Coplas del Yaraví y esta oración reflexión del Padre José

A Dios se lo ha de descubrir
leyendo el libro
de tu vida y de la mía.
Ésta tiene que recomponer en vivo
las páginas del evangelio,
mostrando el rostro de Jesús.
Quien comulgue con nosotros
es para que lo haga con Él, lo ame,
porque nosotros lo hacemos amable,
y de este modo crea en Él y se salve.
¿No les parece razón suficiente
para hacer un alto
y pensar estas cosas?
P. José Gallinger svd. 


¡Qué privilegio fue contarlo como formador en aquel lejano 1976!   Me asombraba  el modo de plantear los temas en sus clases, donde se daba lugar a la reflexión profunda y al llamado a una verdadera conversión. Aún hoy utilizo en la catequesis  sus propuestas, tan actuales, tan motivadoras.  En los 80 tuve la dicha de participar de un retiro predicado por él. Caminar a su lado con el texto de la parábola del Hijo Pródigo, por los jardines de la casa de retiros, luego de conmovernos con su charla, en la que compartía esa sabiduría que brotaba de su rumia del Evangelio. Sin dudas un profeta de nuestro tiempo, un hombre de Dios… dócil al Espíritu.
Gracias P. José!! Gracias Señor por su vida, una vida dedicada a servirte con amor!!!
Mónica Bearzot de Torino

__________________________________________________________________________________________

P. José Gallinger svd , un apasionado de Dios y de las personas – Algunos recuerdos
El pasado 13 de octubre, el P. José Gallinger  svd vivió su Pascua de resurrección. Estos recuerdos son algunas pinceladas, como recortes especialmente seleccionado de vínculos que tienen significación. Tengo fresca en mi memoria el primer encuentro que tuve con el P. José. También varios otros han quedado fijados en mi memoria. Su mirada “hablaba”, oscultando y revisando cada una de las palabras y gestos del interlocutor. Era perspicaz y sagaz. Lo que decía era sin desperdicios. También irónico, para despertar y zamarrear del letargo cansino y monótono. Uno no se quedaba igual que antes, luego de un encuentro con José.
El primer encuentro fue en 1976, a los pocos días de asumir como Provincial de la Congregación del Verbo Divino Provincia Argentina Sur, reemplazaba a Jorge Novak quien en agosto fuera electo Obispo de Quilmes. El diálogo fue breve, lo hizo con los estudiantes de la Congregación que en el ínterin residíamos en  Rafael Calzada y recuerdo que nos alentó en nuestra vida religiosa y misionera. En esos años aún no tenía votos religiosos, era postulante. También manifestó su disposición para dialogar cuando lo requeríamos.
Otro momento significativo: cuando estaba en el noviciado de la Congregación en 1978, en Alta Gracia, Córdoba, se había enterado que jugábamos al tenis en una improvisada chancha que con esfuerzo fuimos restaurando, así en mayo de ese año vino a visitarnos y me trajo de regalo una raqueta, la conservé por varios años. Un gesto de fraternidad que valoré.
También cuando entre 1981-1982 ‒en los últimos del estudio de la teología‒,  me trasladaron a residir en la Casa Provincial, en las mañanas del desayuno, al P. José  le gustaba armar la ronda del mate y era un momento en  el que habíamos aprendido que “al viejo” como cariñosamente lo llamábamos, le podíamos pedir cosas.
Nos alentó mucho cuando desde 1981 con el P. Wolfram Dressler svd, tomamos la posta de editar la revista misionera de la Provincia, “Misioneros Hoy”, como Director de la Editorial Guadalupe siempre nos facilitaba las cosas, especialmente con el papel que necesitábamos.
Creo que como Provincial influyó para que mi primer destino misional fuera la Argentina, yo me había interesado por el área de las comunicaciones y en todo momento me facilitó la participación en cursos, eventos o similares vinculados al tema. Por eso luego mi ordenación me destinó a la incipiente obra de la Provincia, que se llamaba “Verbo Audiovisuales”.
Luego a fines de 1984 me tocó sucederlo en la dirección de la Editorial Guadalupe, recuerdo que en el primer día de reunión me dio como 10 originales para leer y me dijo “si algún día quieres escribir, primero transpira la lectura”. Como lo he dicho en varias oportunidades, José dejó una Editorial renovada y adecuada a los tiempos eclesiales del Concilio Vaticano II. Una Editorial con una fuerte impronta de valores religiosos mediante colecciones que parecían seculares, me refiero a la literatura infantil y juvenil, la música, la pedagogía, la psicología, etc., junto a otras de índole netamente religiosa. La Editorial Guadalupe tiene mucho de la impronta humanista que se debe a la perspectiva de José.
Uno de los autores en literatura infantil que publicó fue José “Pepe” Murillo, tildado de “comunista”, cuando se lo dice a José, le responde: “no me interesa tu ideología política, sino la calidad y los valores de tu literatura”. Era un escritor que supo plasmar en sus libros la naturaleza y fauna norteña argentina.
Recuerdo como contaba que en varias oportunidades fue a la Feria del Libro de Frankfurt, en Alemania, que es “la” Feria por excelencia del Libro a nivel mundial. Decía que lo veían como un “pobre editor argentino y sudamericano”, pero gracias a su manejo fluido del alemán obtuvo permisos para traducir muchas obras que favorecieron la recepción y la interpretación del Concilio Vaticano II en la Argentina.  Algunas de ellas las hemos colocado en la Biblioteca virtual “Padre José Gallinger svd” en la página web de la Editorial Guadalupe. José podría parecer pobre, pero no daba ninguna lástima. Fue un visionario y un cualificado teólogo y pastor. No pocas de esas obras las traduzco personalmente. Luego aprovecharía sus lecturas en las clases, conferencias, retiros, … No daba puntada sin hilo.
Entre 1992 y 1994 mientras era párroco en Guadalupe me recibió como vicario parroquial, me pidió que atendiera el área de los jóvenes, en las mañanas pudimos saborear algunos mates juntos y conversar de temas de la parroquia y de otras situaciones. Un día  fui por una consulta sobre mis estudios de licenciatura en Teología Pastoral,  y me dejó con la boca abierta con una síntesis perfecta de la Exhortación Apostólica Pastores dabo vobis de Juan Pablo II que se había publicado en 1992. Tenía una memoria prodigiosa y se apasionaba en ser claro y sintético.
También me contactó con el Instituto Secular Apóstoles del Sagrado Corazón, del mismo había sido como un refundador en Argentina y América. Pude conocer el aprecio y el cariño de las consagradas por el P. José. Fue un inspirador de la auténtica secularidad, promovida por el Concilio Vaticano II
En los últimos años cuando lo visitaba en el Hogar San Javier de Rafael Calzada, me preguntaba por la situación de la Provincia Religiosa y al despedirme, me manifestaba su agradecimiento por nuestro encuentro. Muchas veces lo encontraba leyendo libros de todo tipo: novelas, historia, espiritualidad,… si le tiraba de la lengua me los sintetizaba con facilidad de memoria y sintaxis.
Fue muy bello participar de la celebración de sus 90 años y este año de sus 75 años de votos religiosos y 70 de sacerdocio.  Se lo notaba con alegría y dinamismo. No me voy a olvidar la bella homilía de cuaresma que nos compartió cuando sus 90 años. Su tono de voz, sus acentos, lo exhortativo de la misma, …
Le agradezco sus diálogos, su acogida y acompañamiento, el ejemplo y testimonio de sencillez evangélica, su mirada aguda aunque tierna. Su amor a la Congregación, a la causa misionera, su rica y fina espiritualidad cristocéntrica. Su empeño por ser coherente en la vida religiosa.
Este año pude acceder a diversas informaciones sobre su intervención y participación en diversas fases de la recepción e interpretación del Concilio Vaticano II en Argentina.  Nunca hizo alardes de sus actos al respecto, que fueron muchos e importantes. Mantuvo un perfil bajo, no sé si le gustaba que lo reconocieran.
No dudo que Dios lo recibió con gozo en su seno y confío que cercano el corazón del Padre, intercederá por nosotros. Que su testimonio ilumine nuestro peregrinar hasta que nos reencontremos definitivamente en la vida nueva.
Luis O. Liberti svd – Buenos Aires 21 de octubre de 2014


El curso de Antropología teológica estaba prolijamente tipeado en máquina de escribir, con citas y definiciones cuidadosamente señaladas. Estos apuntes llegaron a nosotros de manos de sus alumnos. No había un material del profesor con información adicional sino que alumnos y maestro usaban el mismo material impreso preparado por este último. El formato era el propio del texto expositivo, organizado en clases, con preguntas iniciales a veces y preguntas finales siempre, incluyendo citas de la Biblia y de otros textos teológicos que favorecían la comprensión de los conceptos.

“Siempre es elemental preparar las clases”, dijo José cuando releíamos sus apuntes de clase, una de esas tardes que tanto voy a extrañar, en Calzada; “Preparar las clases es el 80% del trabajo, el resto queda asegurado”, agregó. Entonces yo pensé que para ser teólogo, primero fue maestro y que para pensar tan alto, antes fue un hábil artesano y dominó los secretos de la práctica, porque su palabra estaba llena de acción y desbordada de hechos.

Gracias equipo de medios por compartir este espacio. Valeria Metzdorff


Padre Jose Gallinger nunca te olvidaremos – Liliana también partió el 2.02.2013. Familia Lazcano Simoniello


Le pedimos al Señor que lo tenga en su gloria y que las enseñanzas que nos dejó en la tierra no dejen de iluminarnos día a día.

P. José intercede por nosotros al Padre.
Liliana Moar, Fernando y Lucia Cavallero


El Padre José Gallinger SVD fue un sacerdote de una brillantez intelectual destacada al servicio de la fe y un pastor consagrado con fidelidad al servicio de la Iglesia. Uno de los grandes verbitas argentinos. Quedará en el historia de la Parroquia porteña de Guadalupe como un párroco eminente. Que san Arnoldo Janssen lo reciba en las moradas eternas de Dios Padre. Q.E.P.D.
Luis Fernández


A quien fuera en vida, un ejemplo de servicio, un luchador infatigable, un  conciliador constante. Una oración por su eterno descanso. Seguiremos el camino que él nos indicó.
Un abrazo en Cristo a toda la comunidad guadalupana.
Luis, Mónica, Emiliano y Andrea Pérsico.


Ayer, 13 de Octubre no murió, sino que trascendió, un gran hombre de 93 años, un maestro, un sabio, un profeta y para mi, un abuelito. 
No me entristece tu partida José, porque siento profundamente que no es más que una certeza de la resurrección. Porque así te sentí ayer, cuando fui a saludarte como cuando entraba en tu despacho, como a los 18 años, con mis palabras torpes pero mis energías y mis ganas incansables, y con tus manitos cruzadas, me escuchabas con ternura y te sonreías de las locuras que te proponía…y nos dejabas hacerlas aún sabiendo que podían a salir mal, porque así se aprende.
José Gallinger, un hombre que supo descubrir en cada uno de los que trabajamos junto a él, el tesoro escondido que nos habita, más allá de las limitaciones. Un hombre que sabía callar al soberbio, y levantar al humilde, al que parecía no valer nada. Un hombre que me enseñó que hay que recibir al otro como es, por el simple hecho de ser templo de Dios. Un hombre que vivió jugándose la vida por el otro. Un hombre que me marcó a fuego las palabras «no deberíamos dormir procurando la salvación» y «amar es querer que el otro sea».Un hombre que era «presencia», esa que nos regalaba cuando aparecía en las reuniones con su trajecito azul, se sentaba, cruzaba las manos, abría las orejas, cerraba los ojos como contemplando cada palabra y después de escuchar nos regalaba su sabiduría y se iba como había llegado, en silencio para rumiar lo que había guardado en su corazón.
El hombre que me casó y al llegar al altar me dijiste: «llegas una hora tarde» con tu habitual acidez. Un hombre que hizo de la parroquia Guadalupe una casa para muchos de nosotros y gracias a eso, nos hicimos amigos, hermanos y familia. Gracias José.
Lujan Carneiro.


El Grupo de Retiros Abiertos en Rafael Calzada de la Parroquia N.S. de Guadalupe y las Apóstoles del Sagrado Corazón queremos testimoniar en la despedida a nuestro querido Padre José Gallinger.

 José 
Padre y Amigo
Nos convocaste una vez más, esta vez con tu Resurrección plena, ayer, hermanados junto a tu humanidad inerte, nos descubrimos tus hijos, hijos esparcidos por los lugares en dónde vos te hiciste siervo, sacerdote misionero, en el servicio de la Congregación verbita, te fuimos encontrando en la zona sur del Gran Buenos Aires, Calzada, Lanús, Banfield, en el Instituto Secular Apóstoles del Sagrado Corazón, en la Parroquia de Guadalupe donde fuiste párroco durante muchos años…
Hoy estamos aquí porque fiel a ti mismo nos hiciste hermanos, creaste en nosotros un sentido comunitario como Iglesia al servicio del pueblo sin distinción.
Como padre nos acompañaste en el crecimiento de ser personas libres, comprometidas en y por el mundo, nos formaste sólidamente como hijos de la Iglesia e hijos de este mundo.
Ayer hacíamos eco de las frases que nos fuiste desgranando, educándonos en la fidelidad al Señor, en la escucha de su palabra, en el servicio apostólico.
Hoy sos semilla fecunda, y somos tus semillas, lo que vos con tu visión sabia, en madurez cristiana y en madurez de persona, fuiste sembrando en nuestras vidas, con la palabra y con el ejemplo.
Somos hijos de la Iglesia, de esa Iglesia que vos has querido siempre, al estilo del Papa Francisco, hijo del Concilio Vaticano II nos llamaste a renovarnos por dentro, con qué sabiduría nos fuiste arropando bajo el soplo del Espíritu, abriéndonos nuevos caminos de compromiso eclesial y misionero.
Hoy estás con el Señor, a quién ofreciste toda tu vida. Quizás ya es hora de dejar de decirte todas estas palabras, que quieren expresar un profundo agradecimiento a vos querido Padre José, porque ya el Señor te ha premiado, haciéndote ver que tus manos no están vacías, sino que están llenas de bosques frondosos, producto de haber vos sembrado las semillas.
Ayer escribió un sacerdote amigo: «El Padre José coherente hasta para morir al otro día del domingo de las misiones. El Señor lo miró con misericordia en la mañana de su vida y con fidelidad al anochecer».
Gracias a Dios y a vos queridísimo Padre José por tu vida entre nosotros.

Calzada 13-14 de octubre de 2014.


Vivimos como signo esperanzador la misa de despedida en Rafael Calzada, providencialmente repleta de sacerdotes de Lomas de Zamora y sus Obispos, acompañando a los laicos como testimonio del servicio de José a toda la Iglesia.

Marta Molinari de Metzdorff y familia.

DESDE EL HOMBRE A DIOS»: Compartimos en este libro el curso del Padre José Gallinger dictado en el Seminario de Teología para Laicos por él fundado. El Seminario continúa actualmente enriqueciendo nuestra formación cristiana. Damos Gracias a Dios por todo.

 

Comparto el prólogo que escribí con ocasión de la publicación que sus alumnos y amigos hicieron, al cumplir 90 años, de las clases de Antropología Teológica del padre José Gallinger. Vaya como recuerdo y homenaje, y como agradecimiento al indebido ofrecimiento que él me hiciera para sucederlo en dichas clases en un ya lejano 1996.
____________________________________________________________

TESTIGO DE LA PRIMAVERA
Recorrer las páginas que componen esta obra es asomarse al entrecruzamiento de una biografía personal con el acontecimiento eclesial más significativo de los últimos siglos. La biografía es la del sacerdote misionero verbita, José Gallinger. El acontecimientio, el Concilio ecuménico Vaticano II.
El territorio que da cuenta de dicho cruce son las clases de antropología teológica que el padre José Gallinger dictó entre 1964 y 1995 en el “Seminario de teología para laicos” vinculado a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de la Arquidiócesis de Buenos Aires, en el barrio de Palermo.
No sería del todo preciso decir que el planteo de su antropología sea puramente fruto del Concilio, porque José Gallinger forma parte de aquella generación que, además de “aplicar” el Concilio, tuvo como tarea gestarlo.
En 1964 se vive el segundo período de intersesión del Concilio Vaticano II, preparatorio de la IIIª Sesión. Paulo VI, atravesando el primer año de su pontificado, publica la encíclica programática Ecclesiam suam en la que aborda el tema que define el espíritu conciliar: el diálogo que la Iglesia necesita, en todas sus dimensiones. El Concilio está buscando un rumbo definitivo y ya se hace lugar común la vivencia del mismo como “acontecimiento”.
Si atravesamos las lecciones de antropología del padre José Gallinger encontraremos un camino que va desde la Ecclesiam suam al Documento de Puebla (1979), pasando por la constitución dogmática Lumen Gentium (1964), la constitución pastoral Gaudium et spes (1965) y la encíclica Evangelii nuntiandi (1975). Es el trayecto marcado por esos hitos del magisterio –conciliar, papal y latinoamericano–, donde habría que incluir la encíclica Populorum progressio (1967), los Documentos finales de Medellín (1968), la carta Octogesima adveniens (1971), la Declaración de San Miguel (1969), la encíclica Redemptor hominis (1979) y el documento Iglesia y comunidad nacional (1981).
Es el tiempo de la renovación y el de la llamada “primavera conciliar”, signada por la decisión profética de Juan XXIII y Paulo VI –y con ellos de toda el aula conciliar– de ser “optimistas a conciencia” con respecto al humanismo moderno, de asumir positivamente el giro antropocéntrico de la cultura contemporánea y de pensar a la Iglesia como servidora de la humanidad. “Así lo esperamos para la humanidad entera, que aquí hemos aprendido a amar más y a servir mejor”, decía Paulo VI en su magistral discurso del 7 de diciembre de 1965, un día antes de la finalización del Concilio.
La antropología teológica del padre José Gallinger se desarrolla entre la fidelidad a los temas clásicos de la cuestión del hombre para la fe cristiana y la relevancia a la mirada sobre el hombre de hoy, dialogando con el pensamiento filosófico del siglo XX, y extrayendo de aquella fidelidad y de esta relevancia los desafíos concretos que a se le plantean a la Iglesia y a su misión en el actual contexto histórico. Por eso, su curso de antropología teológica expresa y a la vez construye –en su particular estilo– el designio del humanismo cristiano propuesto por el Concilio, atestigua aquella primavera conciliar y nos presenta al hombre como “el primer camino” a recorrer por las comunidades cristianas (ver JUAN PABLO II, Carta encíclica Redemptor hominis, 14).
Él hace suyas aquellas proféticas y poéticas palabras de Paulo VI: “Todo esto y todo cuanto podríamos decir sobre el valor humano del Concilio, ¿ha desviado la mente de la Iglesia en Concilio hacia la dirección antropocéntrica de la cultura moderna? Desviado, no, vuelto sí. La religión católica es para la humanidad: en cierto sentido, ella es la vida de la humanidad. Es la vida, por la interpretación, finalmente exacta y sublime, que nuestra religión da del hombre (…), y la da en virtud de su ciencia de Dios: para conocer al hombre, al hombre verdadero, al hombre integral, es necesario conocer a Dios… Y si recordamos cómo en el rostro de cada hombre, especialmente si se ha hecho transparente por sus lágrimas y sus dolores, podemos y debemos reconocer el rostro de Cristo (ver Mt 25,40), el Hijo del Hombre, y si en el rostro de Cristo podemos y debemos además reconocer el rostro del Padre celestial: ‘quien me ve a mí, dijo Jesús, ha visto al Padre’ (Jn 14,9), nuestro humanismo se hace cristianismo, nuestro cristianismo se hace teocentrismo; tanto que podemos afirmar también: para conocer a Dios es necesario conocer al hombre.” (PAULO VI, Alocución en la sesión pública del Concilio Vaticano II, 7.XII.65).
Este es el espíritu que campea en sus clases, lejos del “invierno eclesial” –al decir de Karl Rahner– que luego se adueñaría de la “administración” de la herencia del Concilio Vaticano II, hiriendo aquel optimismo antropológico y profundizando, cada vez más, el abismo que parece separar a las manifestaciones oficiales del catolicismo de la cultura contemporánea.
Para quienes hayan sido sus alumnos a lo largo de más de tres décadas, estas páginas serán un tardío repaso y, a la vez, un cálido recuerdo. Y para quienes no lo hayan sido, quizás sean la ocasión para conocer a un maestro, asumir su pro-vocación y salir a buscar nuevos caminos.

Oscar A. Campana


En estos dias  he recibido varios mails sobre el padre José; expresan lo que dejó como mensaje a los que todavía estamos aquí. He rezado por él  aunque no lo necesite ya que demostró en su actitud de vida estar al lado de Jesucristo enseñando la palabra de Dios. Que descanse en paz.

Done Morel 


Es una noticia que uno espera para una edad como la del P. José, pero cuando llega no deja de sorprender y de doler. Tuve el honor de tenerlo como confesor y de trabajar en equipos de Cofragua que él orientaba. No me resultó de fácil trato inicial, tal vez por esa hemiplejia/afasia que lo afectaba y que volvía extraña su sonrisa y muy vivaces sus ojos claros, pero su inteligencia, su perseverancia, su comprensión, terminaron por vencer aquellos pruritos iniciales míos, y llevarme a esperar casi con fervor sus homilías que siempre iniciaba con la imploración en voz alta «purifica Señor mi corazón y mis labios para que pueda expresar dígnamente Tu Palabra».
Cuando descubrí el libro que en esta página se comenta, el P. José humildemente le restó importancia diciéndome que recogía «simplemente apuntes para unas clases». Y tenía razón: el libro es una Clase de Teología!
En verdad hacía mucho tiempo que no lo veía, pero no es fácil aceptar la certeza de que en esta vida no tendré oportunidad de volverme a sentar a charlar con él. Calma el saber que el P. José estará en el lugar que tanto quería, bien al lado del Señor. Que así sea.
Carlos E. Zabala.


Hoy le decía a mi hijo, de la suerte y alegría de contar en nuestra vida con hombres sabios. Me estaba refiriendo al padre José sin saber de su partida. Sé que él sigue pidiendo por nosotros allí donde esté; pero, me duele enormemente su ausencia. Tuve que experimentar nuevas comunidades para apreciar en su justa medida la gracia que significó haber compartido tantos buenos momentos con él. Lo tuve y lo seguiré teniendo siempre en mi corazón.
Titi Estany Masucci