Adviento

LÁZARO
de José María Rodriguez Olaizola
Hay un silencio opresivo,
doloroso, vacío,
congelado.
Nada se mueve.
La vida ha huido,
precipitada en su deserción,
dejando demasiado
por decir.
Tras la losa
yace, inerte,
un cuerpo derrotado.
Se lamenta, en una quietud
ya eterna.
Me venció el tiempo,
la fragilidad, mi poca fe.
Me paralizó no ver
que el mundo era otra cosa.
Me mató el peso
de un ego insaciable.
Me desangré por la herida
de los sueños incumplidos.
Entonces, de repente,
una voz.
Sal afuera.
Calor.
¿Qué es esto que siento?
¿Será posible
la esperanza?
Sal afuera.
Y sabe, en este silencio
ahora habitado,
que le aguarda
la Vida,
que unos brazos abiertos
le esperan,
para bailar, juntos,
sobre los restos
de su derrota.
Dios mismo,
de nuevo en su horizonte.
Hoy puedes empezar
de nuevo

 

NUESTROS ERRORES

de Jose Antonio Pagola
Toda persona que no quiera vivir alienada ha de fortalecerse lúcida y vigilante ante los posibles errores que puede cometer en la vida.
Una de las aportaciones más válidas de Jesús es poder ofrecer a quien le conoce y sigue la posibilidad de ser cada día más humano. En Jesús podemos escuchar el grito de alerta ante los graves errores en que podemos caer a lo largo de la vida.
El primer error consiste en hacer de la satisfacción de las necesidades materiales el objetivo absoluto de nuestra vida; pensar que la felicidad última del ser humano se encuentra en la posesión y el disfrute de los bienes.
Según Jesús, esa satisfacción de las necesidades materiales, con ser muy importante, no es suficiente. El hombre se va haciendo humano cuando aprende a escuchar la Palabra del Padre, que le llama a vivir como hermano. Entonces descubre que ser humano es compartir, y no poseer; dar, y no acaparar; crear vida, y no explotar al hermano.
El segundo error consiste en buscar el poder, el éxito o el triunfo personal, por encima de todo ya cualquier precio. Incluso siendo infiel a la propia misión y cayendo esclavo de las idolatrías más ridículas.
Según Jesús, la persona acierta no cuando busca su propio prestigio y poder, en la competencia y la rivalidad con los demás, sino cuando es capaz de vivir en el servicio generoso y desinteresado a los hermanos.
El tercer error consiste en tratar de resolver el último problema de la vida, sin riesgos, luchas ni esfuerzos, utilizando interesadamente a Dios de manera mágica y egoísta.
Según Jesús, entender así la religión es destruirla. La verdadera fe no conduce a la pasividad, la evasión y el absentismo ante los problemas. Al contrario, quien ha entendido un poco lo que es ser fiel a un Dios, Padre de todos, se arriesga cada día más en la lucha por lograr un mundo más digno y justo para todos.
1 Cuaresma – A
(Mateo 4,1-11)

¡YA ES HORA DE DESPERTAR!

Por Dolores Aleixandre

Dormidos. Así es como nos sorprende el Adviento sobresaltándonos con la urgencia de su aviso: “¡Ya es hora de despertar del sueño!” (Rom 13,11).

La advertencia nos desconcierta porque solemos ser unos extraños durmientes que ignoran serlo y que viven convencidos de estar despiertos, apegados a una existencia trivial, acomodados a un horizonte plano al que llamamos realismo, propensos a calificar de sueños y utopías a todo lo que lo desborda.

Pero las voces del Adviento son tercas e insistentes, se agolpan a las puertas de nuestra imaginación, se cuelan por las rendijas de nuestra memoria, invaden nuestra costumbre, zarandean nuestra instalación. Se empeñan en convencernos de que no pertenecen a ese mundo que calificamos despectivamente como “sueños” sino que son ellas (sus personajes, sus símbolos, sus imágenes, sus afirmaciones, sus promesas…), la verdadera “realidad”, por asombrosa que pueda parecernos: viene Dios, no está cansado de nosotros, le atrae este campamento algo caótico que es nuestro mundo, se nos acerca con cierta timidez, pide permiso para plantar su tienda junto a las nuestras. Será un vecino fácil, dice. No va a molestarnos, va a estar como uno de tantos, acostumbrándose a nosotros, dándonos tiempo para acostumbrarnos a él.

No gritará ni instalará altavoces. Sólo, quizá, oigamos en la noche el llanto débil de un recién nacido. Demasiado normal para ser divino. Demasiado humano este Dios que ya no truena, ni divide las aguas del mar, ni hace llover maná.

Nos asusta un poco tenerle tan cercano y tan nuestro alcance, pasando junto a nosotros fríos y calores, sudores y trabajos, hombro con hombro a nuestro lado.

Es un sueño, pensamos o, en todo caso, es una realidad anómala y desconcertante de la que es mejor evadirse. Y nos echamos a dormir para soñar nuestros propios sueños

Los profetas del Adviento hablan nos envían “embajadores” encargados de abrir caminos a la gran noticia del Dios que llega y a la llamada apremiante de que nos abramos al misterio de su presencia: un monte al que confluyen todos los pueblos, lanzas que se convierten en podaderas, fieras salvajes amansadas y pastoreadas por un niño, desiertos que florecen… Al final aparecen rostros humanos: Juan Bautista, José, María y los lugares de pequeñez en que empezó todo: Belén, una cueva en la periferia, una aldea perdida de Galilea llamada Nazaret.

Ha irrumpido el tiempo definitivo, la noche en la que sólo a los pastores que estaban en vela les alcanzó la gran noticia y escucharon el nombre del que lo demás no era sino anticipo y sombra. Y, a través de esos personajes, imágenes, noticias y llamadas, se nos ofrecerá la posibilidad de reconocer que ese tiempo es nuestro tiempo, que esos lugares nos pertenecen, que Dios sigue llegando para acampar a nuestro lado y que tiene un nombre humano:

Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros.

MENSAJE PASCUAL 

La crisis desatada entre dos países hermanos, Rusia y Ucrania, nos vuelve a traer el horror de la guerra al tiempo presente, los cristianos de todo el mundo volvemos a proclamar “El Evangelio de la vida y el amor”

La Pascua que celebramos es Memoria del Paso de Dios en la historia pasada y en el presente que vivimos. En la memoria de que fuimos esclavos sometidos al poder, un poder que los hombres instrumentamos en contra de nosotros mismos.

Es la Memoria que nos recuerda que cuando nos arrepentimos de nuestros errores y asumimos las consecuencias, podemos obtener la liberación esperada fijándonos metas mayores conforme a Tu voluntad de salvación.

Por eso, una vez más finalizado el tiempo de cuaresma celebramos el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte.

¡Su triunfo es nuestro triunfo!

Con gratitud, celebremos esta Semana Santa deseando que todos los que habitamos nuestra querida Buenos Aires podamos ser gestores de armonía y paz. Una paz real, concreta en que cada uno pueda aportar – con voluntad firme y responsable –  elementos de reconciliación, sanando vínculos heridos, serenando los espíritus y desplegando nuestra capacidad de amar en el servicio a los demás. 

Los esperamos para celebrar.

¡Felices Pascuas de Resurrección!

MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Y TODA LA COMUNIDAD GUADALUPANA

Beatificación

«Con la mirada en el cielo y los pies en el camino…»

Ante la próxima Beatificación de Fray Mamerto Esquiú compartimos el famoso Sermón de la Constitución pronunciado por él en ocasión de la jura de nuestra Constitución, en Catamarca, el 9 de julio de 1853. Fue el más grande servicio que puede haberse hecho al país en aquellos momentos. Además la declaración de libertad de cultos era dolorosa y resistida en aquel tiempo (según Gorostiaga)

Extraído de El Pensamiento Democrático Argentino, Guillermo L. Canessa. Editorial Kapeluz. Buenos Aires 1957

Acá se puede descargar el Sermón de Fray Mamerto Esquú

Jupic 2021 Sermón de la Constitución-Mamerto Esquiú.

 
Equipo JUPIC (Justicia y Paz)

Te compartimos algunos aportes para un tiempo de oración con el evangelio de cada día.

1° semana de Pascua

2° semana de Pascua

La serie Oración en nuestra casa es un subsidio pastoral preparado por la Diócesis de Quilmes en respuesta a la situación de emergencia sanitaria a raíz de la pandemia de COVID-19, publicada a partir del 22 de marzo de 2020.
En la preparación de esta entrega han participado hermanas y hermanos de distintas comunidades de nuestra Diócesis, a quienes agradecemos su colaboración.
Los textos bíblicos y litúrgicos fueron tomados de las traducciones oficiales y los libros litúrgicos correspondientes. Todos los demás textos (en particular, los comentarios bíblicos y las preces de la oración de la comunidad), así como su recopilación y presentación,
fueron preparados para esta serie y son propiedad de sus respectivos/as autores/as, que conservan sus derechos sobre los mismos. Su utilización fuera del contexto para el que fueron previstos requiere, por tanto, de una autorización particular. Para mayor información, por favor contactarse con la Secretaría de Comunicación del Obispado de Quilmes: comunicacion@obisquil.org.ar (www.obisquil.org.ar).
Coordinación general de la serie: Damián Burgardt